[{"title":"Fracturas del sacro: Clasificaci\u00f3n, cuadro cl\u00ednico, diagn\u00f3stico y tratamiento","link":"https:\/\/wiki.voka.io\/es\/enfermedades\/traumatologia\/fracturas-del-sacro\/","category_name":"Traumatolog\u00eda","is_video":"yes","image":"https:\/\/storage.googleapis.com\/dev_wiki_voka_io_303011\/articles\/en\/traumatology\/sacrum-fractures\/sacral-fracture-zone-1-denis-classification.webp"},{"title":"Fracturas de esc\u00e1pula: Clasificaci\u00f3n, cuadro cl\u00ednico, diagn\u00f3stico, tratamiento","link":"https:\/\/wiki.voka.io\/es\/enfermedades\/traumatologia\/fracturas-de-escapula\/","category_name":"Traumatolog\u00eda","is_video":"yes","image":"https:\/\/storage.googleapis.com\/dev_wiki_voka_io_303011\/articles\/en\/traumatology\/scapula-fractures\/comminuted-fracture-scapular-body.webp"},{"title":"Fracturas de coxis: Clasificaci\u00f3n, cuadro cl\u00ednico, diagn\u00f3stico y tratamiento","link":"https:\/\/wiki.voka.io\/es\/enfermedades\/traumatologia\/fracturas-de-coxis\/","category_name":"Traumatolog\u00eda","is_video":"","image":"https:\/\/storage.googleapis.com\/dev_wiki_voka_io_303011\/articles\/en\/traumatology\/coccyx-fractures\/transverse-fracture-coccyx.webp"}]
Laescápula es un hueso triangular plano con cuatro huesos grandes (apófisis espinosa escapular, apófisis glenoidea, apófisis acromial, apófisis en pico) situado en la parte superior de la espalda, que forma la parte posterior de la cintura escapular.
La escápula desempeña un papel clave en:
Movimiento del brazo: interviene en la rotación y retracción en la articulación del hombro – 1/3 de la amplitud de movimiento es escapulotorácica, 2/3 de la amplitud de movimiento es braquiofemoral;
Estabilidad del hombro: realizada por la propia articulación del hombro, así como por las articulaciones escapulotorácica, acromio-clavicular y el complejo de apoyo superior del hombro.
Epidemiología
Las fracturas de escápula son una lesión poco frecuente, que representa menos del 1% de todas las fracturas y el 3-5% de las lesiones de la cintura escapular. Ocurren con mayor frecuencia en hombres jóvenes (25-50 años).
Prevalencia por tipo de fractura:
Cuerpo de la escápula: el tipo más frecuente, 50-60% de todos los casos.
Fracturas extraarticulares de la glenoides: 20-25%. A menudo combinada con una fractura de clavícula (afección del hombro flotante).
Fracturas glenoideas intraarticulares: 10%.
Excrecencia acromial: aproximadamente el 8%.
Excrecencia clavicular: 3-5%.
Gamuza escapular: menos del 2-3%.
Debido a la gran energía del impacto, las fracturas de escápula suelen ir acompañadas de otras lesiones graves.
Traumatismo torácico (80%): suele incluir contusión pulmonar (40%) y hemo/neumotórax (más del 30%).
Fracturas de huesos de la cintura escapular (50%), incluida la clavícula (25%).
Fracturas costales (50%).
Traumatismo craneoencefálico (35-50%).
Fracturas vertebrales (25-30%).
Fracturas de pelvis (15%).
Daños vasculares y nerviosos en el brazo (10%).
Etiología
Las fracturas de escápula son casi siempre consecuencia de traumatismos de alta energía, en su mayoría accidentes de tráfico (80-90%). Esto se debe a que el hueso está bien protegido por los músculos que lo rodean.
Los principales mecanismos de daño:
Lesión directa: un golpe fuerte asestado directamente en el hombro.
Lesión indirecta: transferencia de un golpe a través del brazo (por ejemplo, caída sobre un brazo extendido – FOOSH).
Mecanismos de fractura de las distintas partes de la escápula:
Cuerpo de escápula: resultado de un golpe directo, una caída o una compresión.
Cuello glenoideo: resultado de un traumatismo indirecto, más comúnmente una caída sobre un brazo extendido.
Fracturas intraarticulares de la glenoides: suelen producirse durante la luxación anterior del hombro (mucho menos frecuente la luxación posterior, por ejemplo, electrocución o ataque epiléptico).
Espolón acromial: resultado de un traumatismo directo; también posibles fracturas por estrés en deportistas.
Pinzamiento: puede deberse a un traumatismo directo, a una contracción muscular brusca o a la tensión de los ligamentos por una luxación de hombro.
Hueso escapular: resultado de un traumatismo directo; en casos raros puede tratarse de una fractura patológica debida a una metástasis tumoral.
Clasificación de las fracturas de escápula
Las fracturas de la escápula se clasifican principalmente según la localización anatómica de la fractura. Además, cada fractura se clasifica según la terminología convencional en función de la presencia de fragmentos, la forma de la línea de fractura.
A continuación se resumen las clasificaciones más utilizadas.
Clasificación Hardegger
Es el sistema más sencillo y el más utilizado, basado en la localización de la fractura (clasificación de Hardegger).
Clasificación anatómica de las fracturas de escafoides según Hardegger
Localización
Descripción
Cuerpo
Fracturas de la región central plana
El cuello de la apófisis articular
Fracturas en la unión glenoidea
Glenoides (Espolón Articular)
Intraarticular, que comprende la cavidad articular
Fractura del cuello de la apófisis articular de la escápula (14F0 según la clasificación AO/OTA)
Fractura glenoidea intraarticular (Ideberg tipo IA)
Fractura de la apófisis acromial de la escápula (tipo II de Kuhn)
Fractura de la apófisis clavicular de la escápula (Ogawa tipo I; Eyres tipo II)
Clasificación de Ideberg de las fracturas glenoideas
Para las fracturas de la cavidad articular de la escápula se ha desarrollado la clasificación de Idebegr (clasificación de Idebegr, 1984), que incluye 6 tipos:
Tipo I: fractura del borde de la cavidad articular:
Subtipo IA: fractura del margen anterior (tipo Bankart óseo);
Subtipo IB: fractura del margen posterior.
Tipo II: fractura transversal a través de la cavidad articular con extensión al cuello de la escápula. En este tipo de fractura, la articulación del hombro es inestable.
Tipo III: fractura oblicua poco frecuente que atraviesa la parte superior de la cavidad y se extiende hasta el cuerpo de la escápula.
Tipo IV: fractura transversal que se extiende hasta el borde medial de la escápula. Es el resultado de un impacto de alta energía.
Tipo V: fractura compuesta, que es una combinación de varios tipos (II y IV, III y IV, o II, III y IV), dividida en los subtipos A, B, C. Esta fractura es extremadamente inestable. Esta fractura es muy inestable.
Tipo VI: lesión multifocal grave de toda la apófisis articular.
Clasificación de Kuhn de las fracturas del acromion
Las fracturas de la apófisis acromial de la escápula se clasifican según la clasificación de Kuhn. La clasificación identifica tres tipos de fractura y determina el tratamiento en consecuencia:
Tipo I: fractura con desplazamiento mínimo, que no requiere tratamiento quirúrgico.
Tipo II: fractura desplazada sin estrechamiento del espacio subacromial. Tanto el tratamiento quirúrgico como el conservador son posibles para este tipo de fractura.
Tipo III: compensaciónFractura con estrechamiento del espacio subacromial. Este tipo de fractura requiere tratamiento quirúrgico.
Clasificación de las fracturas de la apófisis clavicular
Existen dos clasificaciones principales para las fracturas de esta zona:
Clasificación de Ogawa
Esta clasificación (clasificación de Ogawa) se basa en la relación de la línea de fractura con el lugar de fijación de los ligamentos claviculares:
Tipo I: la línea de fractura es proximal al lugar de fijación (fractura de base);
Tipo II: la línea de fractura es distal al lugar de unión de los ligamentos claviculares.
Esta división está justificada clínica y funcionalmente. El primer tipo de fractura suele asociarse a la inestabilidad del complejo de soporte superior del hombro (SSSC).
Clasificación de Ayres
La clasificación anatómica propuesta por Eyres sugiere 5 tipos de fractura:
Tipo I: fractura del vértice de la apófisis espinosa;
Tipo II: fractura del segmento medio de la rama;
Tipo III: fractura de la base de la rama;
Tipo IV: fractura que afecta a la parte superior de la escápula;
Tipo V: fractura con extensión a la fosa articular de la escápula.
Clasificación completa AO/OTA
Es una clasificación completa y normalizada de las fracturas de escafoides.
Diagnóstico de las fracturas de escápula
El diagnóstico de las fracturas de escafoides se basa en la evaluación clínica y las técnicas de exploración radial.
Evaluación clínica
Antecedentes médicos: traumatismo de alta energía o golpe directo.
Exploración: hinchazón, hematomas, abrasiones en la zona de la escápula.
Palpación: dolor localizado o sensación de paso subcutáneo.
Evaluación de las lesiones asociadas: comprobación de lesiones torácicas, pélvicas, craneales y vertebrales o lesiones vasculares y nerviosas.
Diagnóstico radiológico
Radiografía: proyecciones estándar anteroposterior, lateral (proyección en Y) y axilar del hombro.
TC (tomografía computarizada): proporciona información detallada, sobre todo en fracturas intraarticulares o complejas, y ayuda en la planificación preoperatoria.
Cuadro clínico
Cuadro clínico típicode una fractura de escafoides:
Síntomas: dolor agudo en el hombro o en la parte superior de la espalda, hinchazón y movilidad limitada del hombro.
Hallazgos físicos: hinchazón visible, dolor, crepitación (crujido) por encima de la escápula, a veces deformidad.
Manifestaciones de lesiones asociadas.
Tratamiento de las fracturas de escápula
Debido a la fuerte estructura de la escápula y a su protección por los músculos circundantes y el tórax, muchas fracturas se caracterizan por un desplazamiento mínimo y pueden tratarse de forma conservadora. Las fracturas que afectan a la cavidad articular, que están muy desplazadas y son inestables, suelen requerir tratamiento quirúrgico.
Tratamiento conservador
El tratamiento conservador está indicado para la mayoría de las fracturas del cuerpo escapular, apófisis espinosas, fracturas acromiales y del pico sin desplazamiento significativo. Las fracturas intraarticulares de la cavidad articular con menos de 2 mm de desplazamiento y sin inestabilidad del hombro también pueden tratarse de forma conservadora.
Animación 3D – Fractura fragmentaria del cuerpo de la escápulaAnimación 3D – Fractura del cuello de la apófisis articular de la escápula
El tratamiento consiste en la inmovilización con un vendaje durante un periodo de 2-4 semanas. Para prevenir el desarrollo de capsulitis adhesiva, se recomiendan movimientos pasivos precoces a partir de la segunda semana de la lesión, bajo control del dolor. Los movimientos activos se permiten, como muy pronto, a las 4 semanas de la lesión. La curación suele producirse en 6-12 semanas y viene determinada por la gravedad de la lesión.
Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico se utiliza en el 10-20% de los casos. La indicación quirúrgica depende de la localización de la fractura y del grado de desplazamiento.
Indicaciones del tratamiento quirúrgico de las fracturas de escafoides según la localización
• Desplazamiento de los fragmentos articulares > 2-4 mm • Afectación de la superficie articular > 20% • Luxaciones recurrentes del hombro tras un traumatismo
Excrecencia acromial
• Luxación que provoca pinzamiento subacromial • Progresión de la luxación en las imágenes de control
Proceso en forma de pico
• Inestabilidad del complejo de sostén superior del hombro (CSSS) • Luxación asociada de la articulación acromio-clavicular
Toldo escapulario
• Desarrollo de un deterioro funcional significativo
La técnica para el tratamiento quirúrgico de una fractura de escafoides es la siguiente:
Reposicionamiento abierto y fijación interna (ORIF) mediante placas y tornillos.
Fijación artroscópica con suturas y tornillos para pequeños fragmentos de cavidad articular.
El tratamiento quirúrgico precoz puede mejorar el resultado funcional en pacientes adecuadamente seleccionados.
Pronóstico de la fractura de escafoides
Las fracturas de escápula suelen tener una alta probabilidad de fusión debido al buen riego sanguíneo y a los tejidos blandos circundantes. En la mayoría de los pacientes, la función del hombro se restablece por completo. En los casos de lesiones extensas de los tejidos blandos, el síndrome doloroso puede persistir durante mucho tiempo.
Así pues, las fracturas del cuerpo de la escápula tienen un pronóstico excelente. Las fracturas de las apófisis acromial y clavicular tienen un buen pronóstico. Las fracturas del cuello glenoideo también tienen un pronóstico generalmente favorable, pero una fusión inadecuada puede reducir la fuerza y la estabilidad del hombro. Las fracturas glenoideas intraarticulares tienen un pronóstico desigual. Pueden provocar artrosis postraumática de la articulación del hombro, inestabilidad de la articulación y limitación de la amplitud de movimiento de la articulación lesionada.
El diagnóstico oportuno, el tratamiento integral de las lesiones asociadas y el cumplimiento por parte del paciente de los programas de rehabilitación son fundamentales para lograr resultados óptimos.
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Rehabilitación tras fractura de escápula
Aunque el proceso de consolidación de la fractura es favorable, el restablecimiento de la función completa del hombro depende en gran medida de un programa de rehabilitación estructurado y por etapas.
Los principales objetivos de la rehabilitación son
Restauración del volumen de movimiento de la articulación del hombro;
Recupera el tono muscular;
Reincorporación al trabajo y a la actividad deportiva.
Los principios básicos de la rehabilitación estructurada y secuencial son los siguientes:
Inmovilización inicial para estabilizar y curar la fractura.
Movilización temprana.
Gestión de los efectos de las lesiones de los tejidos blandos.
Carga progresiva.
Etapas de la rehabilitación
El programa de recuperación se divide en cuatro fases consecutivas.
Primera fase (hasta 2-3 semanas): está indicada la inmovilización del miembro lesionado. Se permiten movimientos activos en las articulaciones no implicadas (mano, codo).
Fase de movilización precoz (3-6 semanas): deben iniciarse los movimientos pasivos precoces en la articulación del hombro y deben realizarse ejercicios isométricos (estáticos) para los músculos de la cintura escapular.
Periodo de recuperación funcional (6-12 semanas): se empieza a trabajar para recuperar toda la amplitud de los movimientos activos. Se introduce la carga progresiva de los músculos mediante pesas y expansores, evitando los movimientos forzados.
Vuelta a la actividad plena (12+ semanas): consiste en la recuperación total de la resistencia y la fuerza perdidas mediante entrenamiento de fuerza, ejercicios pliométricos y movimientos específicos de la actividad.
La recuperación de la amplitud de movimiento completa se espera para 3-4 meses después de la lesión. La fuerza simétrica en comparación con la extremidad no lesionada suele recuperarse a los 4-6 meses de la lesión si se siguen todas las medidas de rehabilitación indicadas. El regreso a los deportes sin contacto está permitido 3-4 meses después de la lesión. Los deportes de contacto se permiten como muy pronto 6 meses después.
FAQ
1. ¿Cuáles son los peligros de una fractura de escápula?
El principal peligro de una fractura de escápula es la alta probabilidad de que los fragmentos óseos dañen los órganos torácicos, los vasos principales y los nervios, así como el deterioro persistente de la función del miembro superior del lado de la lesión.
2. ¿Con qué colesión se asocia más frecuentemente una fractura de escápula?
Como la fractura de escápula es consecuencia de un traumatismo de alta energía, suele ir acompañada de otras lesiones. Las lesiones torácicas más frecuentes son las fracturas costales con complicaciones asociadas (neumotórax/hemotórax, contusión pulmonar), que se producen en el 80% de los casos, y las fracturas de clavícula y lesiones del plexo braquial, diagnosticadas en el ~25% de los casos.
3. ¿Cuándo es insuficiente la radiografía estándar y se requiere un TAC?
La tomografía computarizada es necesaria cuando se sospecha una fractura intraarticular o de un fragmento complejo. La TC proporciona información detallada sobre el grado de desplazamiento del fragmento y es un examen clave para una planificación preoperatoria precisa.
4. ¿Cuánto tarda en curarse una fractura de escafoides?
El proceso de curación (consolidación) de una fractura de escafoides suele durar de 6 a 12 semanas. El plazo depende de la gravedad de la lesión y de la presencia de lesiones asociadas. La recuperación funcional completa, incluida la fuerza muscular, puede tardar de 4 a 6 meses.
5. ¿Cuáles son los principales criterios para decidir un tratamiento quirúrgico?
El tratamiento quirúrgico está indicado en caso de inestabilidad significativa de la extremidad o desplazamiento de los fragmentos. Los criterios clave son el desplazamiento de los fragmentos articulares de la glenoides en más de 2-4 mm, el desplazamiento del cuerpo de la escápula en más de 20 mm, una deformidad angular de más de 40° y un estado de «hombro flotante» con fractura de clavícula concomitante.
6. ¿Qué tipo de fractura de escafoides tiene el pronóstico más equívoco?
Las fracturas intraarticulares de la glenoides (cavidad articular) tienen el pronóstico más ambiguo. El resultado de tales lesiones puede ser el desarrollo de artrosis postraumática de la articulación del hombro, inestabilidad crónica o limitación persistente de la amplitud de movimiento.
7. ¿Cuáles son los tiempos recomendados para la inmovilización y el inicio del movimiento?
La inmovilización de la extremidad está indicada de 2 a 4 semanas. Para evitar el desarrollo de rigidez en el hombro, se recomienda iniciar movimientos pasivos tempranos a partir de la segunda semana, y los movimientos activos no se permiten antes de 4 semanas tras la lesión.
8. ¿Cuánto tardará el paciente en volver a hacer deporte?
La vuelta a los deportes sin contacto es posible después de 3-4 meses desde la fecha de la lesión. Los deportes de contacto que requieren fuerza completa se permiten después de 6 meses como muy pronto, siempre que la rehabilitación haya sido satisfactoria.
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