La flebotrombosis es la formación de un coágulo de sangre en el sistema venoso, por lo general en las venas profundas de las extremidades inferiores, con interrupción parcial o total del flujo sanguíneo. El término trombosis venosa profunda (TVP) se utiliza con frecuencia en la literatura internacional.
Epidemiología
La principal causa de la formación de un coágulo sanguíneo es un trastorno en uno de los factores de la tríada de Virchow: estasis sanguínea, daño a la pared vascular e hipercoagulabilidad.
Causas de la trombosis venosa profunda
Los factores etiológicos pueden actuar de forma individual o sinérgica para provocar la formación de coágulos sanguíneos en el sistema venoso.
Velocidad reducida del flujo sanguíneo venoso: inmovilización prolongada, vuelo, reposo en cama, insuficiencia venosa crónica.
La formación de coágulos sanguíneos comienza con la activación plaquetaria y la cascada de coagulación en respuesta al daño de la pared vascular o a la estasis sanguínea.
Etapas de la trombosis
1. Activación plaquetaria
Una vez dañado el endotelio de la vena, las plaquetas se activan y comienzan a adherirse a la zona dañada de la pared vascular. En este caso, las plaquetas:
Liberan sustancias que activan la coagulación sanguínea (por ejemplo, tromboxanos y serotonina).
La activación plaquetaria promueve la liberación de adenosín difosfato, que activa otras plaquetas y aumenta la agregación.
Se forma un tapón plaquetario primario que comienza a restringir el flujo sanguíneo en la zona lesionada.
2. Activación de la cascada de coagulación
La activación del sistema de coagulación conduce a la formación de fibrina, el componente principal del coágulo sanguíneo:
La trombina, que se forma durante la activación de la coagulación, convierte el fibrinógeno en fibrina, la cual forma una red que ancla las plaquetas y estabiliza el tapón.
Este proceso se desarrolla a través de varias etapas, incluida la activación de los factores de coagulación (V, VII, IX, X y protrombina).
3. Formación de coágulos sanguíneos primarios y secundarios
Coágulo sanguíneo primario: en primer lugar, se forma un tapón de fibrina y plaquetas, que no es estructuralmente estable.
Coágulo sanguíneo secundario: la red de fibrina estabiliza el coágulo. En ese momento, otros componentes sanguíneos como los glóbulos blancos y los glóbulos rojos comienzan a participar, dando como resultado un coágulo más organizado y maduro. El coágulo se espesa y se fija mejor en la luz vascular.
4. La organización del coágulo sanguíneo
Con el tiempo, los fibroblastos y las células endoteliales proliferan en el coágulo y se forman fibras de colágeno. Este proceso puede conducir al desarrollo de fibrosis y calcificación del coágulo sanguíneo, lo que puede provocar cambios crónicos en la pared venosa y el desarrollo del síndrome postrombótico.
5. Progresión del coágulo sanguíneo
El coágulo sanguíneo puede extenderse proximalmente, lo que aumenta la hipertensión venosa y dificulta el flujo de salida.
Sus fragmentos (especialmente en el caso de los coágulos sanguíneos flotantes) pueden desprenderse, entrar en el torrente sanguíneo y provocar embolia pulmonar (EP), accidente cerebrovascular o infarto de órganos internos.
En algunos casos, el flujo venoso se restablece como resultado de la recanalización.
Coágulo flotante de sangre en la vena ilíaca: modelo 3D
Manifestaciones clínicas de la flebotrombosis
La flebotrombosis suele ser asintomática y solo se detecta cuando se desarrollan complicaciones, principalmente embolia pulmonar.
Cuando se presentan síntomas, los principales signos son dolor, hinchazón y decoloración de la extremidad:
Dolor: generalmente sordo, punzante y empeora con el esfuerzo y la palpación;
Edema: se forma debido a la hipertensión venosa, la mayoría de las veces es unilateral y puede verse afectada la parte inferior de la pierna o toda la extremidad;
Decoloración de la piel: varía desde palidez hasta cianosis y, en caso de trombosis masiva, puede producirse una marcada estasis venosa con amenaza de isquemia.
Estas manifestaciones reflejan una alteración del flujo venoso y un aumento de la presión venosa.
Algunos pacientes presentan hipertermia local y aumento de la temperatura corporal, lo cual se asocia con una reacción sistémica a la trombosis. En casos poco frecuentes, se desarrolla una forma grave, la flegmasia azul (flegmasia cerúlea dolens), acompañada de dolor agudo, edema masivo y alteración crítica del flujo sanguíneo.
Diagnóstico de la flebotrombosis
Métodos de laboratorio
La detección del dímero D es el ensayo de cribado primario. Un nivel bajo con una probabilidad clínica de baja a moderada permite descartar la flebotrombosis. Su elevación es inespecífica y se requiere confirmación mediante pruebas de diagnóstico por imagen.
El perfil de coagulación (INR, TP, tiempo de protrombina) se utiliza para evaluar el sistema de coagulación y monitorizar la terapia anticoagulante.
El cribado de trombofilia (mutación del factor V Leiden, deficiencia de proteína C/S, antitrombina III, anticuerpos antifosfolípidos) se realiza en casos de trombosis recurrente o no provocada cuando el resultado afecta la duración del tratamiento.
Métodos instrumentales
La ecografía dúplex es el método de elección. El criterio diagnóstico es la ausencia de compresión completa de la vena por el transductor; los signos adicionales son la visualización de masas ecogénicas y la disminución del flujo sanguíneo.
La venografía por TC y RM se utiliza en casos de dificultad para visualizar las venas pélvicas o de hallazgos ecográficos dudosos. Permiten determinar con precisión la ubicación y la extensión del coágulo sanguíneo.
La flebografía se usa de forma limitada, principalmente antes de procedimientos intervencionistas.
Así pues, el diagnóstico de flebotrombosis se basa en un enfoque gradual: la probabilidad clínica según la escala de Wells, el análisis de laboratorio mediante dímero D y la confirmación por métodos instrumentales, entre los que la ecografía dúplex sigue siendo clave.
Escala de Wells
Descripción
Puntuación
Cáncer activo (tratado en los últimos 6 meses o en terapia paliativa continua)
+1
Parálisis, paresia o inmovilización reciente de una extremidad
+1
Cirugía reciente (en las últimas 12 semanas) o inmovilización durante más de 3 días
+1
Dolor a lo largo del recorrido de las venas profundas
+1
Hinchazón de toda la pierna
+1
Edema tibial de más de 3 cm en comparación con la tibia sana (medida 10 cm por debajo de la tuberosidad tibial)
+1
Edema localizado en la pierna sintomática
+1
Venas superficiales colaterales dilatadas (no varicosas)
+1
Trombosis venosa profunda previamente notificada
+1
Es más probable que exista un diagnóstico alternativo que una TVP
-2
Probabilidad de trombosis venosa profunda:
Baja: –2 a 0;
Moderada: 1 a 2;
Alta: >3.
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Tratamiento de la trombosis venosa profunda
Prevención de la flebotrombosis
La prevención de la trombosis en pacientes de riesgo es clave. Se recomienda la movilización temprana después de la cirugía, una hidratación adecuada y el uso de compresión elástica durante la inmovilización prolongada y los vuelos. En los hospitales se administran dosis profilácticas de anticoagulantes (heparinas de bajo peso molecular o fondaparinux) a los pacientes de alto riesgo.
Terapia farmacológica
En la fase aguda de la flebotrombosis, el objetivo clave es suprimir rápidamente la actividad del sistema de coagulación para prevenir el crecimiento del trombo y la embolización.
Para este fin, se utilizan los siguientes grupos de anticoagulantes parenterales:
Las heparinas de bajo peso molecular (HBPM) son los fármacos que se eligen para iniciar la terapia y se administran por vía subcutánea en dosis terapéuticas (por ejemplo, enoxaparina, dalteparina).
El fondaparinux (un inhibidor selectivo del factor Xa) puede utilizarse como alternativa a la HBPM, especialmente cuando existen contraindicaciones para la heparina o un alto riesgo de trombocitopenia inducida por heparina.
La heparina no fraccionada se utiliza con menos frecuencia, principalmente en pacientes con insuficiencia renal grave o cuando se requiere un control rápido (infusión IV con monitorización del PTT).
Tras 5 a 10 días de tratamiento inicial, se debe cambiar la medicación a anticoagulantes orales:
Anticoagulantes orales de acción directa (ACOD): rivaroxabán, apixabán, dabigatrán, edoxabán. Proporcionan un efecto anticoagulante estable y no se requiere una monitorización rutinaria.
El rivaroxabán y el apixabán se pueden administrar inmediatamente después del diagnóstico, sin una fase de HBPM.
El dabigatrán y el edoxabán requieren un tratamiento previo de 5 a 7 días con un anticoagulante parenteral.
Los antagonistas de la vitamina K (warfarina) se utilizan si los ACOD están contraindicados (por ejemplo, insuficiencia renal grave, síndrome antifosfolipídico, baja disponibilidad del medicamento). Se requiere una monitorización regular del INR (valores objetivo 2,0–3,0).
Al menos 3 meses, seguidos de una evaluación del riesgo de recurrencia; si el riesgo es alto, se recomienda una prórroga
Pacientes con cáncer
Anticoagulación prolongada, preferiblemente con ACOD (apixabán, edoxabán) o HBPM
Trombosis recurrente o trombofilias graves
A menudo se requiere terapia de por vida
Terapia quirúrgica
Los métodos quirúrgicos y endovasculares se utilizan de forma limitada, en casos de trombosis ileofemoral masiva con amenaza de isquemia o con un riesgo grave de síndrome postrombótico. Se usan los siguientes:
La colocación de un filtro de vena cava está indicada únicamente en caso de contraindicaciones para la anticoagulación o recurrencia de la embolia pulmonar a pesar de un tratamiento adecuado.
FAQ
1. ¿Qué es la flebotrombosis (trombosis venosa profunda)?
La flebotrombosis es la formación de un coágulo sanguíneo en el lumen de las venas profundas sin una inflamación significativa de la pared, que ocurre con mayor frecuencia en las venas de las extremidades inferiores.
2. ¿En qué se diferencia la flebotrombosis de la tromboflebitis?
En la flebotrombosis, la inflamación es mínima o está ausente, mientras que en la tromboflebitis es el proceso principal, generalmente en las venas superficiales.
3. ¿Cuáles son las principales causas de la flebotrombosis?
Los factores clave son la estasis venosa, el daño endotelial y el aumento de la coagulación sanguínea (tríada de Virchow). En el artículo puede obtener más información sobre los factores etiológicos.
4. ¿Cuáles son los síntomas más típicos de la trombosis venosa profunda?
Los síntomas más frecuentes son hinchazón unilateral, dolor, sensación de pesadez y decoloración de la piel de la extremidad.
5. ¿Cuál es el peligro de la trombosis venosa profunda y cuáles son sus principales complicaciones?
El principal peligro inmediato es la embolia pulmonar (EP), una afección potencialmente mortal en la que un fragmento de un coágulo de sangre se desprende y obstruye los vasos sanguíneos de los pulmones. La principal complicación a largo plazo es el síndrome postrombótico, que produce insuficiencia venosa crónica, edema y cambios tróficos en la piel.
6. ¿La flebotrombosis siempre presenta manifestaciones clínicas?
No, en algunos pacientes la enfermedad es asintomática y se detecta accidentalmente o cuando se desarrollan complicaciones.
7. ¿Qué prueba de laboratorio es la más informativa para la trombosis venosa profunda?
Dímero D: su nivel bajo con baja probabilidad clínica excluye la trombosis, mientras que un nivel elevado requiere confirmación mediante pruebas de diagnóstico por imagen.
8. ¿Cuál es el método de diagnóstico instrumental de la flebotrombosis considerado como referente?
La ecografía Doppler venosa es el método principal que permite detectar un coágulo sanguíneo y evaluar su extensión.
9. ¿Qué es la escala de Wells y por qué es necesaria?
Es una escala clínica para evaluar la probabilidad de trombosis y determinar si se deben realizar pruebas de diagnóstico por imagen de inmediato o si se debe comenzar con una prueba de laboratorio.
10. ¿Cómo se trata la flebotrombosis?
La base del tratamiento son los anticoagulantes (HBPM, fondaparinux, anticoagulantes orales de acción directa, warfarina). En casos excepcionales, se recurre a intervenciones endovasculares o quirúrgicas.
11. ¿Cuánto dura el tratamiento de la trombosis venosa profunda?
La duración del tratamiento anticoagulante está determinada por la causa de la trombosis. En caso de trombosis provocada (p. ej., después de una cirugía), la duración del tratamiento suele ser de 3 meses. En casos de trombosis no provocada o recurrente, la terapia puede prolongarse o prescribirse de por vida tras una evaluación de riesgos. En los pacientes con cáncer, el tratamiento también es a largo plazo.
12. ¿Se puede prevenir la flebotrombosis?
Sí, la prevención incluye la movilización temprana, las prendas de compresión y el uso de anticoagulantes en pacientes de alto riesgo.
Referencias
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https://catalog.voka.io/
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