Cirrosis hepática: Etiología, manifestaciones clínicas, diagnóstico y tratamiento

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La cirrosis hepática es una lesión generalizada del hígado caracterizada por la presencia de necrosis del parénquima, fibrosis difusa, aparición de zonas anormales de regeneración del tejido hepático, lo que provoca una alteración de la estructura externa e interna del hígado, así como un deterioro de su función.

Clasificación de la cirrosis

Según la clasificación, la cirrosis hepática puede dividirse en función de la presencia de cambios estructurales, así como de las fases de compensación.

Por la presencia de cambios estructurales:

  • Nódulo pequeño (diámetro del nódulo de 3 mm a 1 cm);
  • Nódulo grande (diámetro del nódulo superior a 1 cm);
  • Mixto;
  • Biliar.

Modelos 3D de formas de cirrosis hepática según la presencia de cambios estructurales:

Por etapas de compensación:

  • Compensado;
  • Subcompensada;
  • Descompensada;
  • Terminal.

Existen clasificaciones clínicas que tienen en cuenta las manifestaciones clínicas y de laboratorio (Child-Pugh).

Clasificación de Child-Pugh de la cirrosis hepática

1 punto2 puntos3 puntos
AscitisnoLeve (susceptible de tratamiento conservador)Grave (no susceptible de tratamiento conservador)
Albúmina sérica g/l>3528-35<28
INR (cociente internacional normalizado)<1,71,7-2,3>2,3
Bilirrubina total, µmol/L<3434-51>51
Encefalopatía hepática, grados.noGrado I-IIIII-IV grados

Resultados:

5-6 puntos – cirrosis compensada (clase A);

7-9 puntos – subcompensado (clase B);

10-12 puntos – cirrosis descompensada / terminal (clase C).

Etiología de la cirrosis hepática

Según un informe de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado, aproximadamente el 40% de los trasplantes de hígado en Europa se realizan por cirrosis hepática de etiología vírica (hepatitis vírica B, C, D), el 33% por cirrosis alcohólica y el 5% por una combinación de estos factores etiológicos.

También la presencia de enfermedades autoinmunes o el efecto tóxico de algunos fármacos y venenos sistémicos que afectan al tejido hepático contribuyen al desarrollo de cirrosis biliar asociada a la alteración de la salida de la bilis a través del sistema de conductos intrahepáticos y extrahepáticos.

Patogénesis

El desarrollo de la cirrosis hepática se basa en el daño directo del lobulillo hepático (unidad estructural y funcional) por uno de los factores etiológicos.

Lóbulo hepático (acino)
Lóbulo hepático (acino) – Modelo 3D

El proceso de lesión es largo y puede durar desde varios meses hasta varios años. Como consecuencia de la lesión, se forman zonas de necrosis del parénquima hepático. Alrededor de las zonas de necrosis hay zonas (nódulos) de regeneración e inflamación crónica con el resultado en fibrosis.

A su vez, los nódulos de regeneración comprimen las vías biliares, lo que provoca congestión en el sistema venoso del hígado con formación de hipertensión portal.

Estructura del tejido hepático (lobulillos, tractos periportales)
Estructura del tejido hepático (lobulillos, tractos periportales) – Modelo 3D

Manifestaciones clínicas de la cirrosis hepática

En las primeras fases del desarrollo de la enfermedad, ésta puede ser asintomática.

Con la progresión de la enfermedad, se distinguen los siguientes síndromes:

  1. Síndrome general caracterizado por debilidad, cefalea, náuseas, aumento de la temperatura corporal, artralgia, sensación de amargura en la boca, astenia y dolor abdominal ocasional;
  2. Síndrome de ictericia por colestasis intrahepática (alteración del flujo biliar, aumento de la concentración sanguínea de bilirrubina directa, aumento de la concentración de ácidos biliares). El aumento de la concentración de ácidos biliares en la sangre va acompañado de picor en la piel;
  3. Hepatomegalia y esplenomegalia;
  4. El síndrome de hipertensión portal se produce en la fase de descompensación. Se caracteriza por un aumento de la presión en el sistema venoso portal. Las manifestaciones clínicas del síndrome de hipertensión portal son: ascitis, varices del esófago, venas rectales, venas de la pared abdominal anterior. A menudo, en el fondo de las varices se producen hemorragias.
Aspecto abdominal de un paciente con cirrosis hepática: ascitis y varices de la pared abdominal anterior
Aspecto abdominal de un paciente con cirrosis hepática: ascitis y varices de la pared abdominal anterior – Modelo 3D
  1. Síndrome doloroso que surge en el contexto de una discinesia biliar;
  2. Encefalopatía hepática, que se produce debido a concentraciones elevadas y prolongadas de bilirrubina directa. Ésta, al penetrar en la barrera hematoencefálica, daña las células cerebrales;
  3. Alteración de la función sintética y protectora del hígado.

Debe entenderse que la enfermedad tiene etapas y que las manifestaciones clínicas cambiarán con la progresión de la enfermedad. Así, en las fases de descompensación y terminal, no sólo el sistema hepatobiliar, sino también otros sistemas corporales (urinario, digestivo, nervioso, cardiovascular, etc.) están implicados en el proceso patológico.

Diagnóstico de la cirrosis hepática

El diagnóstico de la enfermedad se basa en la presencia de manifestaciones clínicas, el factor etiológico, así como los métodos de investigación instrumentales y de laboratorio.

Métodos instrumentales de investigación

  1. Ecografía (fibroelastometría), ecografía Doppler para evaluar el flujo sanguíneo en el sistema venoso portal;
  2. Tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM);
  3. Biopsia hepática;
  4. FGDS (fibrogastroduodenoscopia);
  5. Una radiografía de revisión de la cavidad abdominal.

Métodos de investigación de laboratorio

  1. Determinación de anticuerpos frente a los virus de la hepatitis B,C,D,E;
  2. Determinación de la alfa-fetoproteína en suero;
  3. BAC (perfil hepático);
  4. OAC;
  5. Coagulograma;
  6. OAM;
  7. Determinación de la composición electrolítica.

Tratamiento de la cirrosis hepática

El tratamiento de la cirrosis hepática debe ser integral e incluir las siguientes medidas:

  1. Abstinencia de bebidas alcohólicas;
  2. Dieta (tabla hepática), corrección de la composición electrolítica (sodio, potasio, cloro), corrección del desequilibrio proteico;
  3. Limitación de los medicamentos que tienen hepatotoxicidad.

Tratamiento farmacológico

  1. Terapia de infusión (en presencia de síntomas de intoxicación);
  2. Uso de preparados de ácido ursodesoxicólico;
  3. Preparados de S-adenosil-L-metionina;
  4. Glucocorticosteroides;
  5. Prevención de las complicaciones hemorrágicas;
  6. Tomar diuréticos;
  7. Tratamiento dirigido a la eliminación de los virus trópicos al tejido hepático;
  8. Tratamiento de la patología asociada.

Los tratamientos quirúrgicos incluyen la laparocentesis y el trasplante de hígado.

Las indicaciones para el trasplante de hígado son:

  • La presencia de un proceso patológico irreversible con un pronóstico vital inferior a 12 meses;
  • Falta de efecto de la terapia conservadora;
  • Cirrosis progresiva con una esperanza de vida inferior al trasplante.

FAQ

1. ¿Qué es la cirrosis hepática en palabras sencillas?

La cirrosis hepática es el resultado de diversas enfermedades crónicas del hígado en las que las células hepáticas normales son sustituidas por tejido cicatricial fibroso, lo que provoca el deterioro de todas las funciones del órgano.

2. ¿Cómo se manifiesta la cirrosis hepática?

La cirrosis hepática puede presentarse con síntomas como aumento de la fatiga, náuseas, amargura en la boca, dolor abdominal (más a menudo subcostal derecho), ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), ascitis (acumulación de líquido en el abdomen) y agrandamiento del hígado y el bazo. En fases avanzadas de la enfermedad, aparecen síntomas más graves, como encefalopatía hepática, hemorragia, hepatarrea e insuficiencia hepática progresiva, que puede ser mortal.

3. ¿Puede curarse la cirrosis hepática?

La cirrosis hepática no puede curarse. Sin embargo, en las fases iniciales, con una dieta y un tratamiento adecuados, es posible ralentizar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad y la duración de la vida.

4. ¿Cómo establezco la presencia de cirrosis?

El diagnóstico de la cirrosis hepática se basa en las manifestaciones clínicas y en métodos de investigación de laboratorio e instrumentales, como análisis de sangre (análisis de sangre general, análisis de sangre bioquímico, análisis de sangre para hepatitis vírica, etc.), ecografía abdominal o tomografía computarizada y, en casos dudosos, biopsia hepática.

5. ¿Cuál es la diferencia entre cirrosis hepática y cáncer de hígado?

La cirrosis hepática es una enfermedad crónica del hígado asociada a la cicatrización del tejido hepático y al deterioro de la función hepática, mientras que el cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular) es un tumor maligno.

6. ¿Cuáles son los estadios de la cirrosis hepática?

La cirrosis hepática se divide en cuatro estadios según el grado de daño hepático y la función del órgano: compensada, subcompensada, descompensada y terminal.

7. Cirrosis hepática en mujeres y hombres: ¿hay diferencias?

La cirrosis hepática en mujeres y hombres manifiesta síntomas similares, con trastornos hormonales que aparecen antes en las mujeres y síntomas de hipertensión portal en los hombres. Desde el punto de vista de las peculiaridades de origen, la cirrosis en las mujeres se desarrolla más a menudo en un contexto de enfermedades autoinmunes o exposición a toxinas (alcohol), y en los hombres más a menudo en un contexto de hepatitis vírica o alcoholismo.

8. ¿Cuáles son los peligros de la cirrosis hepática?

La cirrosis hepática puede causar una serie de complicaciones graves, como insuficiencia hepática, hipertensión portal, ascitis, varices sangrantes, y aumenta significativamente el riesgo de carcinoma hepatocelular. En fases terminales, las complicaciones de la cirrosis pueden ser mortales.

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