Una laceración es una lesión de los tejidos blandos producida por una fuerza contundente que supera el límite de elasticidad de la piel y las estructuras subyacentes. Los rasgos característicos de una herida de este tipo son unos bordes irregulares y dentados y un daño importante (aplastamiento) de los tejidos circundantes.
A diferencia de las heridas causadas por un objeto punzante (por ejemplo, los cortes), las laceraciones tienen una forma compleja. A menudo conservan «puentes» de tejido conjuntivo menos dañado en sus profundidades. Estas heridas suelen estar muy contaminadas y tienen un alto riesgo de desarrollar una infección y formar una cicatriz áspera.
Las laceraciones se producen por caídas, traumatismos por objeto contundente o golpes con maquinaria en movimiento. El mecanismo de la lesión no es el corte, sino el desgarro y aplastamiento del tejido.
Fisiopatológicamente, los bordes y el fondo de una laceración presentan una extensa zona de lesión con una irrigación sanguínea interrumpida y tejido aplastado y no viable. Esto crea condiciones favorables para el desarrollo de microorganismos y ralentiza el proceso de curación. La hemorragia de estas heridas suele ser menos intensa que la de las heridas incisas, debido a la compresión y trombosis de los vasos.
El principio fundamental del tratamiento de las laceraciones es el manejo quirúrgico primario (MQP). Es obligatorio y debe realizarse lo antes posible. La PCW implica la limpieza de la herida, la revisión y, lo que es más importante, la extirpación de todo el tejido aplastado no viable.
Tras la extirpación de los bordes, la laceración se convierte de hecho en una herida incisa, que crea las condiciones para su curación por tensión primaria tras la sutura. La profilaxis antitetánica es obligatoria para todos los pacientes con laceraciones.
Hay que distinguir una laceración de una herida cortante. Una herida cortante se caracteriza por unos bordes lisos y uniformes, un daño mínimo a los tejidos circundantes y, por lo general, una hemorragia más profusa. Las heridas incisas se curan mucho mejor y con cicatrices menos perceptibles.
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