La hipertrofia es un aumento del volumen de un tejido o de un órgano debido a un aumento del tamaño de las células que lo componen. Este proceso ocurre sin que aumente la cantidad de células y es una forma de adaptación celular al aumento del estrés.
La hipertrofia es típica de los tejidos donde las células han perdido su capacidad de dividirse, principalmente el tejido muscular (miocardio, músculos esqueléticos). El aumento del tamaño celular se consigue mediante una mayor síntesis de estructuras proteicas y orgánulos.
Hay dos tipos de hipertrofia: fisiológica y patológica.
La hipertrofia patológica es un marcador clínico importante que indica enfermedad de larga evolución y estrés en el órgano. Por ejemplo, la hipertrofia miocárdica detectada en un ECG o una ecografía es un factor de riesgo de insuficiencia cardíaca, arritmias y muerte cardíaca súbita.
A diferencia de la fisiológica, la hipertrofia patológica puede, en última instancia, producir descompensación, cambios distróficos y disminución de la función del órgano.
La hipertrofia (aumento del tamaño de las células) debe distinguirse de la hiperplasia (aumento de la cantidad de células). En algunos tejidos capaces de división, estos dos procesos pueden ocurrir simultáneamente.
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