[{"title":"Fracturas del sacro: Clasificaci\u00f3n, cuadro cl\u00ednico, diagn\u00f3stico y tratamiento","link":"https:\/\/wiki.voka.io\/es\/enfermedades\/traumatologia\/fracturas-del-sacro\/","category_name":"Traumatolog\u00eda","is_video":"yes","image":"https:\/\/storage.googleapis.com\/dev_wiki_voka_io_303011\/articles\/en\/traumatology\/sacrum-fractures\/sacral-fracture-zone-1-denis-classification.webp"},{"title":"Fracturas de esc\u00e1pula: Clasificaci\u00f3n, cuadro cl\u00ednico, diagn\u00f3stico, tratamiento","link":"https:\/\/wiki.voka.io\/es\/enfermedades\/traumatologia\/fracturas-de-escapula\/","category_name":"Traumatolog\u00eda","is_video":"yes","image":"https:\/\/storage.googleapis.com\/dev_wiki_voka_io_303011\/articles\/en\/traumatology\/scapula-fractures\/comminuted-fracture-scapular-body.webp"},{"title":"Fracturas de coxis: Clasificaci\u00f3n, cuadro cl\u00ednico, diagn\u00f3stico y tratamiento","link":"https:\/\/wiki.voka.io\/es\/enfermedades\/traumatologia\/fracturas-de-coxis\/","category_name":"Traumatolog\u00eda","is_video":"","image":"https:\/\/storage.googleapis.com\/dev_wiki_voka_io_303011\/articles\/en\/traumatology\/coccyx-fractures\/transverse-fracture-coccyx.webp"}]
El sacro es un hueso triangular de cinco vértebras fusionadas, situado entre los dos huesos de la pelvis. La parte superior conecta con la quinta vértebra lumbar y la inferior con el cóccix.
Las fracturas del sacro pueden ir desde lesiones simples y estables hasta fracturas complejas, inestables y potencialmente peligrosas desde el punto de vista neurológico (las tasas de complicaciones neurológicas llegan al 25%).
Etiología
Las fracturas del sacro se producen por diversas causas, incluidas las no traumáticas:
Traumatismos de alta energía: accidentes de tráfico, caídas desde alturas importantes.
Traumatismos de baja energía: especialmente en pacientes ancianos con osteoporosis o enfermedad ósea metabólica.
Fracturas patológicas: por infiltración tumoral o radioterapia previa.
Fracturas por estrés: se observan en deportistas debido al estrés repetitivo.
Hay dos mecanismos principales de daño:
Traumatismo directo: un golpe fuerte en la pelvis o en la parte baja de la espalda.
Lesión indirecta: como resultado de la fuerza traumática aplicada transmitida a través del fémur a la pelvis en el momento de la lesión.
Las fracturas del sacro suelen asociarse a lesiones del anillo pélvico y pueden combinarse con fracturas de la columna lumbar o del acetábulo.
Epidemiología
Las fracturas del sacro suelen producirse como parte de un complejo de lesiones del anillo pélvico (30-45% de los casos). A menudo, las fracturas de sacro se producen en dos grupos heterogéneos de pacientes:
Jóvenes expuestos a traumatismos de alta energía (por ejemplo, colisiones de vehículos).
Ancianos, especialmente mujeres, como consecuencia de traumatismos de baja energía (como complicación del curso de la osteoporosis).
Clasificación de las fracturas sacras
Existen varios sistemas de clasificación, pero la más utilizada es la clasificación de Denis, basada en la localización anatómica en relación con el agujero neural sacro.
Clasificación por Denis
Esta clasificación divide las fracturas sacras en tres zonas anatómicas, una lesión en cada una de las cuales tiene sus propios riesgos y peculiaridades.
Clasificación anatómica de las fracturas sacras según Denis
Zona
Ubicación
Zona 1
Fractura lateral al agujero neural. Se produce en el 50% de las lesiones sacras. Se producen complicaciones neurológicas en el 5% de los casos, normalmente daños en la raíz nerviosa L5.
Zona 2
Fractura a través del agujero neural. Este tipo de fractura puede ser estable e inestable. Las fracturas desplazadas suelen ser inestables. Las fracturas inestables tienen un riesgo potencialmente alto de no unión y, en consecuencia, un mal resultado funcional.
Zona 3
Fractura medial al foramen (canal central). Se producen complicaciones neurológicas hasta en el 60% de los casos. Suele ir acompañada de daños en los intestinos, la vejiga
Fractura del sacro, zona 1 (clasificación de Denis)
Fractura del sacro, zona 2 (clasificación de Denis)
Fractura del sacro, zona 3 (clasificación de Denis)
Las fracturas de la tercera zona pueden ser longitudinales o transversales. A su vez, las fracturas de la tercera zona pueden dividirse en 4 tipos:
Tipo 1: sólo deformidad cifótica en el lugar de la fractura (sin desplazamiento).
Tipo 2: deformidad angular cifótica con desplazamiento anterior del sacro distal.
Tipo 3: deformidad angular cifótica con desplazamiento completo de los fragmentos rotos.
Tipo 4 – Fractura en astilla del segmento S1 (se produce por compresión axial).
Fractura transversal del sacro sin desplazamiento (Fractura en la zona 3, tipo 1) – Modelo 3DAnimación 3D – Fractura transversal del sacro
Para las fracturas de la tercera zona, también existe una clasificación morfológica basada en la forma de las líneas de fractura:
En forma de H;
Con forma de ʎ;
En forma de T;
En forma de U.
Así, una fractura en U resultante de un impacto axial en el sacro que provoque una disociación espinopélvica con daño concomitante de las estructuras neurológicas, según la clasificación de Denis, es una fractura en la tercera zona del cuarto tipo.
Para las fracturas que afectan a la unión lumbosacra, se aplica la clasificación de Isler. Según esta clasificación, existen 3 tipos de fracturas:
Tipo 1 – la línea de fractura discurre lateral a las superficies articulares de L5-S1.
Tipo 2– la línea de fractura atraviesa la superficie articular de L5-S1.
Tipo 3 – la línea de fractura discurre medial a la superficie articular de L5-S1.
Así, la clasificación de Isler puede utilizarse para describir detalladamente las fracturas de la segunda zona (clasificación de Denis).
Diagnóstico de las fracturas sacras
El diagnóstico de la fractura sacra se basa en la evaluación clínica y las técnicas de exploración radial.
Evaluación clínica
Antecedentes: traumatismo o caída, dolor lumbar o pélvico.
Exploración manual: dolor localizado, hinchazón, deformidad sacra, hematomas, dolor durante la manipulación pélvica, posibles trastornos neurológicos (por ejemplo, debilidad, entumecimiento), tacto vaginal en las mujeres para descartar un traumatismo abierto, tacto rectal.
Métodos de investigación con radiación
Radiografía: puede no detectar fracturas sacras, sobre todo si no están desplazadas (la sensibilidad del método es del 30%).
TC (tomografía computarizada): el patrón oro, revela la naturaleza de la fractura, el desplazamiento y la afectación nerviosa.
IRM (resonancia magnética): útil en el contexto de la evaluación de lesiones nerviosas o de tejidos blandos y en el diagnóstico de fracturas por estrés.
Cuadro clínico
Presentación clínica típica de una fractura sacra:
Dolor: localizado en la parte baja de la espalda, las nalgas o la pelvis, aumenta con el movimiento o al levantar objetos pesados.
Hinchazón y hematoma en la proyección del sacro.
Signos neurológicos: pueden incluir entumecimiento, debilidad, disfunción intestinal o vesical (ocurre con la lesión del nervio sacro, normalmente con fracturas en las zonas 2 y 3).
Lesiones asociadas: rotura del anillo pélvico, fracturas de miembros inferiores, lesiones de órganos internos.
Tratamiento de las fracturas sacras
Tratamiento conservador
La metodología para el tratamiento conservador de una fractura sacra es la siguiente:
Control del dolor con analgésicos.
Reposo en cama y soporte limitado del peso corporal con progresión gradual a la movilización con muletas o bastones de apoyo.
Fisioterapia para recuperar la movilidad de las articulaciones adyacentes y la fuerza muscular.
Las indicaciones para el tratamiento conservador son:
Fracturas estables (sin desplazamiento y con desplazamiento de hasta 1 cm, aisladas, sin déficit neurológico).
Fracturas por estrés en pacientes con osteoporosis sin desplazamiento.
Ausencia de inestabilidad concomitante del anillo pélvico.
La mayoría de las fracturas estables de baja energía se consolidan bien cuando se tratan de forma conservadora.
Tratamiento quirúrgico
La técnica para el tratamiento quirúrgico de la frac tura es la siguiente:
Reposicionamiento abierto y fijación interna (ORIF): placas, tornillos, fijación sacroilíaca y lumbopélvica.
Fijación percutánea de la articulación iliosacra con tornillos.
Descompresión: con patología neurológica concomitante.
Las indicaciones para el tratamiento quirúrgico son:
Fracturas inestables o asociadas a rotura del anillo pélvico.
Fracturas desplazadas mayores de 1 cm.
Déficit neurológico debido a la compresión de las raíces nerviosas o de la cauda equina (normalmente en las fracturas de las zonas 2 y 3).
Pacientes con fracturas abiertas o lesiones múltiples que requieren una movilización precoz.
El tratamiento quirúrgico oportuno tiene como objetivo estabilizar la pelvis, aliviar la compresión neurológica y permitir una rehabilitación activa precoz.
Pronóstico de la fractura sacra
El pronóstico tras una fractura sacra es multifactorial y depende principalmente del tipo anatómico de fractura y de la estrategia de tratamiento elegida.
El tratamiento conservador de la fractura sacra suele ser excelente para las fracturas de tipo 1 y algunas de tipo 2. Las complicaciones a largo plazo son raras, pero algunos pacientes pueden experimentar un síndrome de dolor crónico.
El tratamiento quirúrgico consigue la estabilidad de la fractura y reduce el riesgo de no unión de los fragmentos óseos. A su vez, el tratamiento quirúrgico también conlleva riesgos en forma de complicaciones infecciosas, fractura o migración del metal. A su vez, la infección en la zona quirúrgica y la migración del metal aumentan significativamente el riesgo de no unión de la fractura. El tratamiento de las fracturas de la zona 3 suele ser quirúrgico. La descompresión precoz puede mejorar los resultados si hay síntomas neurológicos. Sin embargo, es frecuente el deterioro neurológico persistente.
Así, en las fracturas de zona 1, la mayoría de los pacientes vuelven a los niveles de actividad iniciales con buenos resultados. Las fracturas de la zona 2 pueden presentar alteraciones sensoriales y motoras a largo plazo en las extremidades inferiores, pero muchos pacientes recuperan todas las actividades de la vida diaria con un programa de rehabilitación estructurado. En las fracturas de la Zona 3, el 60% de los pacientes pueden experimentar un deterioro neurológico persistente, normalmente relacionado con la función intestinal, vesical o sexual.
Los trastornos metabólicos del tejido óseo, como la osteoporosis, son un factor pronóstico desfavorable debido al riesgo de retraso e incompleta consolidación de la fractura. Las lesiones asociadas de las estructuras óseas y de los tejidos blandos también influyen negativamente en el pronóstico. La intervención quirúrgica precoz, en presencia de déficits neurológicos, es la clave para lograr unos resultados óptimos del tratamiento.
Datos resumidos sobre el potencial de rehabilitación y el pronóstico tras una fractura sacra de diversas localizaciones
Tipo de fractura
Riesgo neurológico
Potencial de rehabilitación
Previsión
Zona 1
Baja
En general una buena
La mayoría de los pacientes se recuperan totalmente con un tratamiento conservador
Zona 2
Moderado
Bueno si los nervios están preservados o descomprimidos
El pronóstico varía; algunos pueden tener déficits nerviosos
Zona 3
Alta
Variable: mayor riesgo de dolor crónico/discapacidad
El pronóstico es reservado; puede haber disfunción vesical/intestinal/sexual
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Rehabilitación tras una fractura sacra
La rehabilitación tras una fractura sacra es muy individualizada. El tipo y la gravedad de la fractura, la presencia de trastornos neurológicos, las intervenciones quirúrgicas y los factores relacionados con el paciente (edad, comorbilidades) influyen en el ritmo y el enfoque de la rehabilitación.
Las medidas de rehabilitación tienen por objeto curar la fractura, recuperar la movilidad, prevenir complicaciones y eliminar y tratar los trastornos neurológicos, si los hay.
Resumen de las fases de rehabilitación tras una fractura sacra
Fase
Objetivos principales
Protocolo
Aguda (0-2 semanas después de la lesión o cirugía)
Control de los síndromes de dolor y edema, prevención de complicaciones
Movimientos suaves en las articulaciones no implicadas. Ejercicios respiratorios
Subaguda (2-6 semanas)
Inicio de la movilización, mantenimiento de la amplitud de movimiento de las articulaciones de las extremidades, mantenimiento del tono muscular
Ejercicios isométricos. Verticalización bajo control del dolor. Aprendizaje de la marcha con dispositivos de ayuda
Recuperación (6-12 semanas)
Restaurar la función perdida, recuperar la resistencia y la fuerza muscular, aumentar la tolerancia al esfuerzo
Carga progresiva con pesas. Entrenamiento del equilibrio y la propiocepción. Entrenamiento de la marcha
Funcional (3-6 meses+)
Vuelta al trabajo, al deporte y a las actividades cotidianas
Ejercicios dirigidos a desarrollar la movilidad. Entrenamiento funcional y específico para actividades deportivas y laborales
Rehabilitación tras tratamiento conservador (fracturas estables)
La rehabilitación tras fracturas estables del sacro tratadas de forma conservadora consiste en la limitación estricta de la carga de la extremidad hasta 2 semanas después de la lesión. A partir de la segunda semana, se permite la posición en cuclillas dentro de la cama bajo control del dolor. A las 3-4 semanas, se permite la verticalización con ayudas auxiliares.
Los ejercicios físicos tienen como objetivo mantener y recuperar la fuerza de los músculos de las extremidades inferiores y del córtex. Deben evitarse los ejercicios con una carga de alto impacto en las extremidades inferiores y deben elegirse máquinas de circuito cerrado (bicicletas estáticas) como ejercicios cardiovasculares. Los estiramientos también son parte integrante de la rehabilitación.
Rehabilitación tras tratamiento quirúrgico (fracturas inestables)
Las fracturas desplazadas o inestables requieren tratamiento quirúrgico. Las medidas de rehabilitación en el postoperatorio precoz consisten en proteger el sacro sintetizado. El apoyo admisible de la extremidad viene determinado por la estabilidad conseguida y el tipo de fusión utilizado.
Para evitar la formación de contracturas de las articulaciones de los miembros inferiores, se indican ejercicios dentro de la cama sin utilizar pesos. Movilización gradual, verticalización mediante ayudas ortopédicas bajo control del dolor.
La progresión de la carga comienza a las 6-12 semanas, si hay confirmación radiológica del inicio de la consolidación de la fractura. Posteriormente, el entrenamiento tiene como objetivo la estabilización y normalización de la marcha, la reincorporación a la actividad diaria, laboral y deportiva.
En los trastornos neurológicos persistentes, la neurorrehabilitación es un aspecto importante de la recuperación. La neurorrehabilitación incluye tanto la fisioterapia como la terapia ocupacional. Es importante fortalecer los músculos no afectados por el proceso patológico y prevenir las úlceras de decúbito en las zonas con sensibilidad alterada. Deben utilizarse dispositivos ortopédicos de asistencia para la movilidad. Puede ser necesario el entrenamiento en la regulación de la función intestinal y vesical. A veces se utiliza la estimulación eléctrica funcional para mejorar la activación muscular en músculos parcialmente denervados.
La educación del paciente es esencial para la adherencia al régimen de recuperación. Una rehabilitación temprana y estructurada, dirigida a recuperar la movilidad, la fuerza y la independencia funcional, proporciona los mejores resultados, sobre todo cuando la coordina un equipo multidisciplinar de especialistas.
FAQ
1. ¿Cuáles son los principales síntomas de una fractura sacra?
Los síntomas principales son dolor en la parte baja de la espalda, las nalgas y la pelvis, que aumenta con el movimiento. También son característicos la hinchazón local y la formación de hematomas (moratones). Cuando están afectadas las raíces nerviosas, pueden observarse signos neurológicos como entumecimiento, debilidad muscular en las piernas y disfunción intestinal o vesical.
2. ¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo tras una fractura sacra?
Las consecuencias dependen directamente de la zona de fractura. Las fracturas de la zona 1 tienen un pronóstico favorable. Las fracturas de la zona 2 pueden dejar secuelas sensoriales o motoras en las piernas. Las consecuencias más graves se observan en las fracturas de la zona 3, en las que el 60% de los pacientes pueden tener trastornos neurológicos persistentes asociados a disfunción intestinal, vesical o sexual.
3. ¿Cuánto tarda en curarse una fractura de sacro?
El proceso de curación es muy individualizado. Según los protocolos de rehabilitación, la transición a la recuperación activa con carga progresiva comienza entre 6 y 12 semanas, cuando aparecen signos radiológicos de consolidación de la fractura. La recuperación funcional completa para volver al deporte y al trabajo físico pesado puede tardar de 3 a 6 meses o más.
4. ¿Cuándo y cómo puedo empezar a andar después de una fractura sacra?
La marcha está estrictamente limitada en la fase inicial. En las fracturas estables tratadas de forma conservadora, la carga de la extremidad se limita hasta 2 semanas. La bipedestación (verticalización) con muletas o andadores suele permitirse a las 3-4 semanas de la lesión. Todo el proceso de movilización debe ser gradual y con dolor controlado.
5. ¿Está permitido tumbarse sobre el lado de una fractura sacra?
El artículo no indica explícitamente lo que es aceptable en posición supina, por ejemplo, de lado. Se indica reposo en cama y carga limitada del peso corporal. La decisión de cambiar de posición debe tomarla el médico tratante basándose en el tipo y la estabilidad de la fractura.
Lista de fuentes
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Catálogo VOKA.
https://catalog.voka.io
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