El cóccix posee entre tres y cinco vértebras rudimentarias. Constituye el extremo caudal de la columna vertebral y se sitúa por debajo del vértice del sacro.
Las fracturas de cóccix suelen afectar al segmento final del esqueleto axial. Dado que su incidencia es relativamente baja y que los síntomas son sutiles, esta afección suele estar infradiagnosticada.
Etiología
Las principales causas de las fracturas de cóccix son las siguientes:
traumatismo directo sobre el cóccix (p. ej., caída hacia atrás desde posición sentada);
lesiones de alta energía (p. ej., accidentes de tráfico, lesiones deportivas);
lesiones obstétricas, originadas por la presión que ejerce el feto durante el parto.
Mecanismo de lesión:
el mecanismo más frecuente es una carga axial directa, que suele producirse en caídas sobre las nalgas cuando la persona está sentada, posición en que la fuerza se transmite directamente al cóccix.
Las luxaciones o fracturas angulares pueden deberse a fuerzas oblicuas o laterales.
Durante el parto, el feto en descenso puede ejercer una presión considerable sobre el cóccix, especialmente en los partos asistidos o complicados.
Epidemiología
Incidencia: las fracturas de cóccix representan una pequeña fracción de todas las lesiones de la columna vertebral.
Datos demográficos: este tipo de lesión es más frecuente en mujeres, probablemente debido a la mayor amplitud de la pelvis y a factores obstétricos.
Distribución por edad: las fracturas de cóccix se observan con mayor frecuencia en personas adultas y adolescentes, y son poco comunes en los niños por su mayor flexibilidad ósea.
Factores de riesgo: osteoporosis, deportes de contacto.
Clasificación de las fracturas de cóccix
Si bien no existe un sistema de clasificación universalmente aceptado, las fracturas de cóccix pueden describirse del siguiente modo:
Fractura no desplazada: fisura sin desplazamiento de fragmentos óseos.
Fractura desplazada: desalineación de fragmentos óseos.
Fractura conminuta: fragmentación del hueso en varias piezas.
Luxación o subluxación: desalineación en la articulación sacrococcígea sin fractura propiamente dicha.
El diagnóstico se basa en la evaluación clínica y en los estudios de imagen.
Evaluación clínica
Antecedentes médicos: traumatismo, caída o parto recientes; aparición de dolor.
Exploración física: dolor a la palpación en la zona del cóccix, hinchazón, hematomas; el dolor se intensifica al sentarse o ponerse de pie.
Métodos de diagnóstico por radiación
Radiografía lateral: óptima para visualizar luxaciones y fracturas del cóccix.
Tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM): se indican en casos de fracturas no desplazadas o conminutas, o para descartar otras patologías (p. ej., neoplasias).
Presentación clínica
Las manifestaciones clínicas habituales en las fracturas de cóccix son las siguientes:
Dolor: dolor agudo, punzante y localizado en la zona del cóccix, que se exacerba al sentarse, ponerse de pie o defecar.
Signos locales: dolor ante la presión mecánica sobre el cóccix, hinchazón de los tejidos blandos, hematomas (en traumatismos agudos).
Molestia crónica: en casos no tratados o mal diagnosticados puede desarrollarse coccigodinia crónica (dolor persistente en el cóccix).
Tratamiento de las fracturas de cóccix
Tratamiento no quirúrgico
Un abordaje conservador en las fracturas de cóccix incluye:
reposo y evitar la presión sobre el cóccix (p. ej., uso de un cojín en forma de anillo);
analgésicos para el alivio del dolor;
fisioterapia: relajación de la musculatura del suelo pélvico y estiramientos suaves en casos persistentes.
Las indicaciones para el tratamiento conservador incluyen:
la mayoría de las fracturas no desplazadas, mínimamente desplazadas o aisladas;
ausencia de compromiso neurovascular significativo, heridas abiertas o síntomas postraumáticos persistentes.
El pronóstico suele ser favorable, con recuperación en el transcurso de semanas a meses.
Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico rara vez es necesario y se reserva para los casos graves.
La coccigectomía (extirpación quirúrgica parcial o total del cóccix) se considera en casos de coccigodinia crónica y refractaria, cuando el tratamiento conservador no ha dado resultado.
Las indicaciones para el tratamiento quirúrgico incluyen:
dolor persistente (coccigodinia crónica), resistente al tratamiento conservador, que impide la recuperación durante al menos 6 a 12 meses;
consolidación defectuosa con deformidad angular significativa;
infecciones de tejidos blandos, úlceras por presión o déficits neurológicos resultantes de una deformidad coccígea adquirida.
La coccigectomía suele proporcionar alivio del dolor en pacientes cuidadosamente elegidos, pero conlleva riesgos como retraso en la cicatrización de la herida e infección.
Pronóstico según el tipo de fractura
A diferencia de la mayoría de los huesos largos, el cóccix tiene una función limitada de soporte de carga. Sin embargo, constituye un punto de inserción fundamental para ligamentos, tendones y músculos del suelo pélvico. Por lo tanto, incluso fracturas menores o desviaciones leves en la alineación pueden dar lugar a dolor crónico (coccigodinia) y a molestias al permanecer sentado.
El pronóstico depende del tipo de fractura, la lesión de tejidos blandos, la movilidad coccígea previa a la lesión, y la edad y el nivel de actividad del paciente.
Resumen de los datos pronósticos según el tipo de fractura de cóccix
Tipo de fractura
Tiempo de consolidación (en semanas)
Riesgo de dolor crónico
Probabilidad de complicaciones
Pronóstico
Sin desplazamiento
4-8
Bajo (10-20 %)
Mínima
Excelente; la mayoría de los pacientes se recupera con tratamiento conservador
Con desplazamiento
6-12
Moderado (20-30 %)
Una consolidación defectuosa puede causar dolor persistente e intolerancia a estar sentado
El dolor crónico puede persistir a pesar del tratamiento
Conminuta
8-16
Alto (>30 %)
Pseudoartrosis, inestabilidad, dolor crónico
Alto riesgo; el dolor y el malestar pueden persistir a largo plazo. En algunos casos puede requerir cirugía
Avulsión
4-8
Bajo a moderado
Puede presentarse inestabilidad; el dolor crónico es poco frecuente
Favorable si es estable
Las fracturas no desplazadas suelen consolidarse en un plazo de 8 semanas si se opta por un tratamiento conservador; el dolor crónico es poco frecuente. Aproximadamente un 30 % de las fracturas conminutas y desplazadas del cóccix pueden ocasionar dolor crónico a pesar del tratamiento conservador.
Factores predisponentes para el dolor crónico:
desplazamiento significativo de fragmentos;
traumatismo coccígeo recurrente;
tratamiento inicial inadecuado;
factores psicosociales.
Si el dolor persiste más de 6 meses, con evidencia radiográfica de desplazamiento de fragmentos y fracaso del tratamiento conservador, puede considerarse la coccigectomía (extirpación parcial o total del cóccix). Las tasas de éxito quirúrgico oscilan entre el 70 y el 85 %, aunque existen riesgos como infección y degeneración tisular.
Independientemente del tipo de fractura, el diagnóstico precoz, el control adecuado del dolor agudo, una rehabilitación eficaz y la educación del paciente son fundamentales para obtener resultados óptimos.
Rehabilitación tras una fractura de cóccix
Principios clave de la rehabilitación:
control del dolor;
orientación sobre la postura adecuada;
retorno gradual a las actividades cotidianas.
Fases de la rehabilitación
Fase aguda (semanas 0 a 2): el objetivo principal es controlar el dolor, minimizar la carga sobre el cóccix y prevenir complicaciones. El uso de cojines en forma de anillo y evitar la sedestación prolongada ayudan a reducir la presión sobre la zona afectada. Caminar y permanecer de pie también resultan beneficiosos.
Fase subaguda (semanas 2 a 6): se debe restablecer la estabilidad pélvica y central. Durante este periodo se debe animar a los pacientes a aumentar progresivamente el tiempo de sedestación (con cojín), y comenzar con ejercicios de fortalecimiento y estiramiento de glúteos, de los músculos piriformes y del suelo pélvico.
Fase de recuperación (semanas 6 a 12): este periodo tiene como objetivo restaurar los niveles de actividad previos a la lesión. Se recomienda ejercicio aeróbico, natación, estiramientos, ejercicios de propiocepción o entrenamiento del equilibrio.
Retorno completo a la actividad (a partir de la semana 12): se espera que los pacientes reanuden todas sus actividades cotidianas y deportivas.
Signos que requieren especial atención durante la rehabilitación:
Empeoramiento de los síntomas neurológicos: entumecimiento, debilidad en las piernas, alteración de esfínteres.
Signos de infección posquirúrgica: fiebre, aumento de la hinchazón, enrojecimiento alrededor de la sutura.
Dolor inusual que no responde al tratamiento conservador.
Si aparece alguno de estos síntomas, debe realizarse una evaluación médica inmediata.
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Manejo de la coccigodinia crónica
El tratamiento de la coccigodinia crónica se estructura en fases e incluye tres niveles de intervención:
Tratamiento conservador. Evitar la sedestación prolongada sin cojines especiales. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), ya sea por vía sistémica o tópica, pueden proporcionar alivio temporal. También puede considerarse la administración de relajantes musculares de corta duración para el dolor coccígeo asociado a espasmos de la musculatura pélvica o perineal. La fisioterapia, la terapia manual y la rehabilitación terapéutica son componentes fundamentales del tratamiento. El apoyo psicológico también puede resultar beneficioso.
Abordaje intervencionista:
infiltraciones con corticoides;
bloqueo del ganglio impar;
movilización suave del cóccix (realizada bajo sedación).
Tratamiento quirúrgico (coccigectomía). La coccigectomía se reserva para pacientes con inestabilidad claramente documentada, luxación o dolor persistente que no responde a un tratamiento conservador exhaustivo durante un periodo de 6 meses o más. Las tasas de éxito ascienden al 85 %, aunque el procedimiento conlleva riesgos de complicaciones posoperatorias.
Otros métodos son la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS), la acupuntura y la psicoterapia.
FAQ
1. ¿Cuáles son los principales signos y síntomas de una fractura de cóccix?
El síntoma distintivo es un dolor súbito e intenso, localizado en la región coccígea. Este dolor suele intensificarse al sentarse, al incorporarse desde la posición sentada o durante la defecación. Otros signos pueden ser: dolor a la palpación sobre la zona de la lesión, hinchazón de los tejidos blandos y hematomas.
2. ¿Por qué puede ser grave una fractura de cóccix y cuáles son sus posibles consecuencias?
La principal complicación es el síndrome de dolor crónico, conocido como coccigodinia. Esta afección puede deteriorar considerablemente la calidad de vida del paciente, provocando molestias persistentes e intolerancia a la sedestación. Las fracturas mal consolidadas o deformadas pueden dar lugar a dolor prolongado, que en ocasiones requiere intervención quirúrgica.
3. ¿Cuánto tiempo tarda en consolidarse una fractura de cóccix?
El tiempo de consolidación depende del tipo de fractura: Las fracturas no desplazadas suelen consolidarse en 4 a 6 semanas. La consolidación de las fracturas desplazadas puede requerir de 6 a 8 semanas o más, mientras que la consolidación completa de las fracturas conminutas complejas puede requerir entre 8 y 16 semanas.
4. ¿Cuál es el tratamiento indicado para una fractura de cóccix?
La gran mayoría de las fracturas de cóccix se trata de forma conservadora. El tratamiento incluye reposo, uso de cojines en forma de anillo para aliviar la presión sobre el cóccix al sentarse y analgésicos. La cirugía (coccigectomía o extirpación del cóccix) se indica muy rara vez y se reserva para casos de dolor crónico persistente que no responden al tratamiento conservador tras un periodo de 6 a 12 meses.
5. ¿Qué debe evitarse después de una fractura de cóccix? ¿Se puede caminar?
Durante la fase aguda (primeras dos semanas) debe evitarse la presión directa sobre el cóccix. Se debe minimizar la sedestación prolongada, especialmente sobre superficies duras sin apoyo ortopédico. Caminar y permanecer de pie no están contraindicados y, en general, resultan beneficiosos, ya que no ejercen una carga directa sobre la zona lesionada.
6. ¿Cuál es la diferencia entre una fractura de cóccix y una contusión grave?
Los síntomas de la contusión y de la fractura suelen ser similares, lo que dificulta la diferenciación clínica sin pruebas de imagen. El diagnóstico definitivo requiere una evaluación radiológica. La radiografía lateral es la técnica más útil para visualizar líneas de fractura o luxaciones. En casos dudosos también puede indicarse TC o RM.
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