Pterigión: Etiología, grados, diagnóstico, tratamiento

El pterigión es una patología del segmento anterior del ojo caracterizada por el crecimiento progresivo de tejido fibrovascular vascularizado en forma de ala en el lado de la conjuntiva bulbar a través del limbo sobre la córnea adyacente.

Etiología

Actualmente, se cree que los factores provocadores más importantes del pterigión son los altos niveles de insolación, los cambios en la composición del líquido lagrimal, el desequilibrio de las citocinas, los factores de crecimiento y las mutaciones en el gen p53.

Anatomía

Anatómicamente, el pterigión se describe en tres partes: cabeza, cuello y cuerpo. La cabeza, la parte invasiva de la masa triangular, suele ser la parte progresiva. El cuello es la parte comunicante entre el cuerpo y la cabeza que cubre el limbo, la parte más estrecha del pterigión. El cuerpo es la parte conjuntival más ancha del pterigión, con la base hacia el ángulo medial del ojo. También puede haber una opacidad superficial de la córnea delante de la punta del pterigión (halo), tanto en la fase inicial como en la tardía de la enfermedad.

La característica principal de la anatomía del pterigión son los vasos dilatados en comparación con los vasos conjuntivales circundantes normales. El pterigión tiene una coloración bastante translúcida.

Clasificación del pterigión

Según la longitud, el pterigión se clasifica en 3 grados:

  • Estadio I – inicial, la cabeza del pterigión se observa sólo en la zona limbal de la córnea, sin cambios en la función visual ni en la refracción;
  • Estadio II – la cabeza del pterigión está situada en el centro del intervalo entre el limbo y la proyección del borde externo de la pupila en el estado normal (3 mm). Hay astigmatismo corneal irregular inmediatamente anterior a la cabeza del pterigión, y en la zona central hay astigmatismo correcto de valores pequeños. La agudeza visual no suele reducirse;
  • Estadio III – la cabeza del pterigión se localiza en la córnea en la proyección del diámetro de la pupila a la luz del día (3 mm), el astigmatismo puede alcanzar hasta 13 dioptrías debido al engrosamiento del meridiano corneal horizontal, las funciones visuales se reducen.

También existe una clasificación que se basa en una evaluación de la propensión del pterigión al crecimiento progresivo:

  • 1er grado – la membrana es translúcida, atrófica, los vasos epiesclerales son claramente visibles a través de ella. Los riesgos de progresión son bajos;
  • El 2º grado está activo. El pterigión es translúcido, situado por encima de la córnea, los vasos epiesclerales son parcialmente visibles;
  • Grado 3 – muy activo, consistencia carnosa, opaco, de color escarlata. No se pueden evaluar los vasos epiesclerales.

Clasificación del pterigión según su longitud y propensión al crecimiento

TitulaciónDescripción
Por distribución relativa a la córnea:
Estadio I
Cabeza de pterigión en la zona limbal de la córnea, sin cambios en la visión ni en la refracción.
Fase IICabeza en el centro entre el limbo y la proyección del borde exterior de la pupila (3 mm), astigmatismo irregular delante de la cabeza, en el centro – corregir el astigmatismo débil; se conserva la visión.
Fase IIICabeza en la proyección del diámetro pupilar (3 mm), astigmatismo de hasta 13 dioptrías, disminución de la visión.
Por propensión a crecer:
1er grado
La membrana es translúcida, atrófica, y los vasos epiesclerales son claramente visibles; el riesgo de progresión es bajo.
2º gradoPterigión translúcido, vasos epiesclerales parcialmente visibles; crecimiento activo.
3er gradoPterigión de consistencia carnosa, de color escarlata, vasos epiesclerales no visibles; alto riesgo de progresión.

Modelos 3D de pterigión de diferentes estadios:

Diagnóstico

Historia clínica:

  • Sequedad de la superficie ocular;
  • Irritación que no desaparece durante mucho tiempo;
  • Sensación de cuerpo extraño, roce, quemazón;
  • Hiperemia del globo ocular;
  • Aumento de la fotofobia;
  • Reducción de la sensibilidad al contraste debido a la pérdida de transparencia de la córnea.

Métodos instrumentales de investigación:

  • Pruebas de agudeza visual con corrección actual;
  • Autorefractometría;
  • Queratometría;
  • Tonometría;
  • Tomografía de coherencia óptica del segmento anterior del ojo.

Exploración física: biomicroscopia del segmento anterior con lámpara de hendidura.

Cuadro clínico

El diagnóstico del pterigión se basa en manifestaciones clínicas como:

  • Sobrecrecimiento fibrovascular de la conjuntiva dentro de la hendidura ocular abierta;
  • Propagación a la superficie corneal;
  • La membrana tiene forma triangular o trapezoidal;
  • Crece en la parte nasal y temporal del globo ocular;
  • La formación es de color blanco a rosado, dependiendo de la presencia de vasos sanguíneos;
  • Línea epitelial pigmentada de acumulación de hierro (Stoker) adyacente al pterigión, indicativa de un curso crónico.

Tratamiento del pterigión

Existen varias opciones terapéuticas para el pterigión, que van desde el tratamiento conservador hasta la extirpación quirúrgica.

Debido al potencial de recidiva, así como a otras complicaciones, la extirpación quirúrgica del pterigión no debe realizarse de forma casual. La extirpación quirúrgica de un pterigión está indicada si causa molestias persistentes, es resistente al tratamiento conservador, oscurece el eje visual o causa disminución de la función visual debido al astigmatismo inducido, aumenta de tamaño o limita la movilidad ocular.

Tratamiento médico

El pterigión inflamado puede causar irritación, sensación de cuerpo extraño y lagrimeo, que en muchos casos pueden aliviarse con gotas de venta libre con alto contenido en Dexpantenol o Ácido Hialurónico. Para reducir la inflamación, pueden utilizarse ciclos cortos de corticoesteroides tópicos: colirio Dexametasona 0,1%, pomada ocular Hidrocortisona 0,5%, pero no se recomienda el uso prolongado de estos fármacos.

Tratamiento quirúrgico

En la actualidad, la escisión completa con autoinjerto conjuntival se considera la regla de oro debido a la baja tasa de recidiva.

La escisión mediante un injerto de membrana amniótica puede considerarse una alternativa al autoinjerto conjuntival, aunque la tasa de recidiva sigue siendo mayor que con el autoinjerto conjuntival.

La escisión simple con exposición de la esclerótica o cierre de la conjuntiva da lugar a una tasa de recidiva de hasta el 80% y actualmente se considera inaceptable.

Queratoplastia periférica capa a capa, por opacidad corneal.

PREGUNTAS FRECUENTES

1. ¿Cuáles son los peligros del pterigión?

El pterigión es peligroso con un crecimiento progresivo. Puede provocar una disminución de la agudeza visual debido a la aparición de astigmatismo, que en casos avanzados alcanza las 13 dioptrías. Cuando el pterigión crece hasta la proyección de la pupila en la córnea, bloquea mecánicamente la zona óptica, lo que provoca una deficiencia visual persistente. Además, el crecimiento excesivo del pterigión causa irritación crónica de la superficie ocular, que se manifiesta por hiperemia, sensación de cuerpo extraño y fotofobia.

2. ¿Cuándo hay que operar un pterigión?

Se recomienda el tratamiento quirúrgico si está indicado. Esto incluye los casos en que el pterigión está creciendo activamente y acercándose a la pupila, provocando un astigmatismo importante y una disminución de la función visual. El tratamiento quirúrgico también está indicado en caso de molestias constantes, inflamación que no desaparece con el tratamiento conservador y defecto cosmético, si el paciente experimenta molestias psicológicas.

3. ¿Es necesario extirpar el pterigión?

No todos los pterigiones requieren extirpación. En las fases iniciales, cuando la formación es pequeña y no afecta a la visión, basta con observar y proteger los ojos de la luz solar. Sin embargo, si el pterigión progresa, causa problemas de agudeza visual o irritación de la superficie ocular, se hace necesario el tratamiento quirúrgico. Las técnicas modernas, como el autotrasplante conjuntival, reducen mucho el riesgo de recidiva.

4. ¿Cuánto dura el periodo de recuperación tras la extirpación de un pterigión?

La recuperación depende del método de tratamiento quirúrgico. Tras una extirpación estándar con injerto conjuntival, la curación completa tarda unas 2-4 semanas. En los primeros días, es posible que aparezca dolor moderado, hinchazón de la conjuntiva, lagrimeo y fotofobia. La agudeza visual se estabiliza en 1-2 meses, sobre todo si ha habido un astigmatismo pronunciado. Para evitar recaídas, es importante seguir las recomendaciones del médico: utilizar las gotas prescritas, evitar la luz solar y proteger los ojos con gafas con filtro UV.

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