Vaginitis tuberculosa: Manifestaciones clínicas, diagnóstico, tratamiento

La tuberculosis genital es la segunda en prevalencia después de la tuberculosis pulmonar. La frecuencia de las lesiones tuberculosas de los órganos genitales femeninos oscila entre el 1,5 y el 2%.

La vaginitis tuberculosa es una inflamación específica de la vagina causada por M. Tuberculosis. La infección por tuberculosis genital se produce por vía hematógena y, con menos frecuencia, por vía linfógena.

Quejas

A la paciente le pueden molestar dolores de tirón en el bajo vientre, flujo vaginal anormal, hemorragia vaginal, infertilidad.

Cuadro clínico

En la exploración ginecológica con espejos, puede visualizarse una úlcera tuberculosa de la vagina superficial, con los bordes socavados, la base de la úlcera infiltrada y el fondo cubierto de placa amarillenta o rojo-grisácea. En los bordes de la úlcera pueden encontrarse nódulos lechosos y blanquecinos, que al presionarlos con una espátula palidecen. Un examen adicional importante es la exploración a través del recto para excluir la formación de fístulas rectovaginales.

Tuberculoma vaginal: vista ginecológica (izquierda) y pared vaginal lateral (derecha)
Tuberculoma vaginal: vista de exploración ginecológica (izquierda) y pared vaginal lateral (derecha) – Modelo 3D

Las úlceras tuberculosas se caracterizan por un curso prolongado. El paciente puede indicar la presencia de síntomas generales: fiebre subfebril, debilidad, pérdida creciente de fuerza, fatiga rápida, falta de apetito y de sueño, sudores nocturnos, pérdida de peso, piel seca.

Diagnóstico de la tuberculosis vaginal

Examen histológico y citológico: identificación de la inflamación tuberculosa específica en las muestras. Las muestras bacteriológicas o de cultivo para M. Tuberculosis pueden tomarse de secreciones vaginales, úlceras, úlceras menstruales o muestras menstruales. Tuberculosis pueden tomarse de secreciones vaginales, secreciones de úlceras, sangre menstrual, biopsia por aspiración. En la tuberculosis genital, es posible obtener resultados bacteriológicos negativos, aunque el diagnóstico se confirme histológicamente. Para la detección rápida de M. Tuberculosis en el material de estudio, se utilizan pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (AAN). El ensayo Xpert MTB/RIF es una prueba NAA que detecta e identifica el complejo M. Tuberculosis, revelando mutaciones genéticas que pueden predecir la resistencia al tratamiento con rifampicina, uno de los fármacos más eficaces para tratar la tuberculosis. También es pertinente una prueba cutánea de tuberculina o un análisis de sangre para la prueba de liberación de interferón gamma (IGRA).

1. Examen histológico

Examen microscópico de los tejidos (muestras de biopsia) para detectar granulomas tuberculosos específicos (focos de inflamación con células de Pirogov-Langhans).

2. Examen citológico

Analizar la composición celular de frotis o aspirados para detectar indicios de lesiones tuberculosas.

3. Método bacteriológico (cultivo)

Cultivo de micobacterias en medios nutritivos a partir de muestras: flujo vaginal, sangre menstrual, secreciones de úlceras o muestras de biopsia. Puede dar resultados falsos negativos.

4. Pruebas de amplificación del ácido nucleico (AAN)

Métodos de genética molecular (por ejemplo, PCR) para la detección rápida de ADN de M. Tuberculosis en el material. ADN de M. Tuberculosis en el material.

5. Xpert MTB/RIF

Una prueba NAA automatizada que no sólo detecta M. Tuberculosis, sino que también determina la resistencia a la rifampicina analizando las mutaciones genéticas.

6. Prueba con tuberculina estandarizada

Inyección de tuberculina para evaluar la respuesta inmunitaria. Es un método adicional que por sí solo no permite establecer o excluir el diagnóstico de tuberculosis.

7. Ensayo de liberación de interferón gamma (IGRA)

Se analiza la sangre para determinar los niveles de interferón-γ producido en respuesta a los antígenos micobacterianos. Es una alternativa a las pruebas cutáneas.

La combinación de métodos aumenta la precisión del diagnóstico, sobre todo en caso de cultivos negativos. Los métodos histológicos y las pruebas NAAT (Xpert MTB/RIF) son los más informativos.

Tratamiento de la tuberculosis vaginal

La base de la terapia de la tuberculosis vaginal es la quimioterapia antituberculosa multicomponente a largo plazo realizada en instituciones médicas especializadas. El tratamiento se selecciona individualmente, teniendo en cuenta la sensibilidad del patógeno, la presencia de enfermedades concomitantes y los posibles efectos secundarios.

1. Terapia farmacológica

Por regla general, se prescribe una combinación de 3-4 fármacos de los siguientes grupos:

  • Los principales agentes antituberculosos:
    • La isoniazida (4-6 mg/kg/día) es un fármaco bactericida muy eficaz;
    • La rifampicina (8-12 mg/kg/día), componente clave de la terapia, afecta a las formas intracelulares de las micobacterias;
    • Pirazinamida (20-30 mg/kg/día): especialmente activa en el entorno ácido de los focos inflamatorios;
    • Etambutol (15-25 mg/kg/día): se utiliza para prevenir el desarrollo de resistencias.
  • Medicamentos alternativos (en caso de resistencia o intolerancia):
    • Rifabutina, Rifapentina (sustitutos de la rifampicina);
    • Fluoroquinolonas (levofloxacino, moxifloxacino);
    • Aminoglucósidos (kanamicina, amikacina);
    • Capreomicina (para la resistencia a múltiples fármacos);
    • Bedaquilina (utilizada en los nuevos regímenes de corta duración).

Regímenes de tratamiento:

  • Estándar (TB sensible): 2 meses de terapia intensiva (isoniazida + rifampicina + pirazinamida + etambutol), seguidos de 4 meses de tratamiento de mantenimiento (isoniazida + rifampicina);
  • En caso de resistencia: regímenes individualizados con inclusión de fármacos de reserva, duración – 18-24 meses;
  • Nuevos regímenes más cortos: Bedaquilina + Pretomanid + Linezolid + Moxifloxacino (para la TB-MDR sin resistencia a las fluoroquinolonas) o Bedaquilina + Pretomanid + Linezolid (para la TB-XDR) – 6 meses.

2. Tratamiento quirúrgico

Indicado en casos de:

  • Ineficacia de la terapia conservadora;
  • Presencia de estenosis, fístulas, abscesos;
  • Cicatrización prominente que provoca un deterioro de la función.

3. Terapia complementaria

  • Inmunomoduladores (según se indique);
  • Fisioterapia (en ausencia de contraindicaciones);
  • Tratamiento local (antiséptico, antiinflamatorios);
  • Corrección de la microflora (prebióticos y probióticos después del plato principal).

4. Control de la eficacia

  • Estudios moleculares, microbiológicos e histológicos periódicos;
  • Dinámica de los síntomas, exploración física;
  • Ecografía/RM de la pelvis para evaluar la dinámica;
  • Control de los efectos secundarios (pruebas hepáticas, control oftalmológico al tomar etambutol).

El tratamiento debe llevarse a cabo bajo la estricta supervisión de un fisiatra y un ginecólogo.

PREGUNTAS FRECUENTES

1. ¿Qué es la tuberculosis vaginal?

La tuberculosis vaginal, o vaginitis tuberculosa, es una forma rara de tuberculosis extrapulmonar en la que Mycobacterium Tuberculosis infecta la mucosa vaginal y vulvar. La enfermedad suele ser secundaria a la tuberculosis pulmonar, intestinal o genitourinaria, cuando la infección se propaga por la sangre o el sistema linfático.

2. ¿Cuáles son las causas de la tuberculosis vaginal?

La razón principal es la activación de la infección tuberculosa en el organismo en un contexto de inmunidad debilitada. La enfermedad puede desarrollarse en mujeres que han padecido previamente tuberculosis de otros órganos, o en contacto con un paciente con una forma abierta de tuberculosis. Los factores de riesgo son la infección por VIH, la diabetes mellitus, el uso prolongado de fármacos inmunosupresores y unas condiciones sociales y de vida desfavorables.

3. ¿Qué síntomas indican tuberculosis vaginal?

En las primeras fases, la enfermedad puede ser asintomática o estar enmascarada por otras patologías ginecológicas. A medida que la enfermedad progresa, aparecen secreciones purulentas o sanguinolentas crónicas, dolor durante las relaciones sexuales, úlceras y erosiones en la mucosa vaginal. Puede haber dolores de tirón en el bajo vientre, trastornos menstruales, así como síntomas generales de intoxicación tuberculosa: debilidad, temperatura subfebril, sudores nocturnos.

4. ¿Qué complicaciones puede causar la tuberculosis vaginal?

Si no se trata, la infección provoca úlceras profundas, fístulas y cicatrices en la vagina, que pueden causar dolor pélvico crónico e infertilidad. En casos graves, la tuberculosis puede extenderse al útero, las trompas de Falopio y los órganos vecinos, lo que requiere una intervención quirúrgica.

5. ¿Cómo se puede prevenir la tuberculosis vaginal?

La prevención incluye la vacunación oportuna con BCG y la realización periódica de fluorografías para detectar la tuberculosis pulmonar. Se recomienda que las mujeres de grupos de riesgo (inmunodeficiencias, contactos con enfermos de tuberculosis) sean controladas por un fisiatra y un ginecólogo.

6. ¿Puede curarse completamente la tuberculosis vaginal?

Sí, con un diagnóstico precoz y un cumplimiento estricto de la terapia antituberculosa (de 6 meses a 2 años) es posible la recuperación completa. Sin embargo, en los casos graves, incluso después de la curación, pueden persistir cicatrices que afectan a la calidad de vida y a la función reproductora.

7. ¿La tuberculosis vaginal se transmite sexualmente?

La transmisión sexual es extremadamente improbable. El principal mecanismo de infección es la propagación desde otros lugares del cuerpo (por ejemplo, pulmones o ganglios linfáticos) a través de la sangre o la linfa. Sin embargo, en presencia de úlceras vaginales, la transmisión por contacto íntimo es teóricamente posible, aunque apenas se han descrito casos de este tipo.

Lista de fuentes

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Catálogo VOKA.

https://catalog.voka.io/

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Tanner MR, Miele P, Carter W, et al. Preexposure Prophylaxis for Prevention of HIV Acquisition Among Adolescents: Clinical Considerations, 2020. MMWR Recomm Rep 2020;69(No. RR-3):1–12.

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