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Pericondritis

También conocido como: Inflamación del pericondrio

Pericondritis (lat. perichondritis) es una inflamación del pericondrio, una membrana de tejido conectivo denso que recubre y provee nutrición al cartílago. Dado que el cartílago como tal carece de vasos sanguíneos propios, su viabilidad depende completamente del pericondrio.

Esta condición representa un mayor peligro cuando afecta al pabellón auricular y a la laringe. La inflamación del pericondrio compromete la nutrición del cartílago, lo que puede conducir a su necrosis (muerte celular) y fusión, con la consiguiente deformidad irreversible del órgano (en el caso del oído) o a un edema y estenosis de las vías respiratorias potencialmente mortales (en el caso de la laringe).

Etiología y fisiopatología

La pericondritis suele tener una etiología infecciosa y se desarrolla cuando las bacterias penetran por debajo del pericondrio. El agente etiológico más frecuente es Pseudomonas aeruginosa (bacilo piociánico), seguido con menor prevalencia por Staphylococcus aureus.

Principales causas:

  • Traumatismo: Es el factor principal.
    • Lesiones directas: Contusiones (especialmente con formación de hematoma), laceraciones, picaduras de insectos.
    • Piercing: La perforación del cartílago del pabellón auricular representa una de las causas más frecuentes en la población joven.
    • Quemaduras y congelaciones.
  • Diseminación de Infección: La inflamación puede extenderse al pericondrio desde la piel en casos graves de otitis externa o forunculosis.
  • Enfermedades sistémicas: En casos raros, la pericondritis es de carácter no infeccioso y autoinmunitario (por ejemplo, en la policondritis recidivante).

La alteración de la integridad del pericondrio o la formación bajo él de una acumulación de sangre (hematoma) crea condiciones favorables para la proliferación bacteriana. El edema progresivo comprime los vasos sanguíneos, lo que provoca isquemia y posterior necrosis del cartílago.

Importancia clínica

El cuadro clínico varía según la localización del proceso, pero siempre se caracteriza por un síndrome doloroso de gran intensidad y edema.

  • Pericondritis del pabellón auricular:
    • Síntomas: Aparece un dolor intenso y difuso, enrojecimiento y edema que afecta todo el pabellón auricular. Un hallazgo diagnóstico característico es la preservación del lóbulo auricular, el cual, al carecer de cartílago, permanece indemne al proceso inflamatorio.
    • Diagnóstico: El diagnóstico es clínico. Cuando se forma una colección purulenta en el espacio pericondrial, se evidencia un signo de fluctuación.
    • Tratamiento: Requiere la administración de antibioticoterapia sistémica (generalmente fluoroquinolonas, activas contra Pseudomonas aeruginosa). Si se forma un absceso, está indicado su drenaje quirúrgico inmediato, con desbridamiento del tejido cartilaginoso necrótico.
    • Resultado: Sin un tratamiento oportuno, el cartílago se distorsiona y la oreja se arruga, adquiriendo el aspecto característico de «coliflor».
  • Pericondritis de la laringe: Se manifiesta con dolor en la región del cuello, ronquera, dolor al tragar y, lo más crítico, dificultad respiratoria progresiva (estridor), que requiere hospitalización de urgencia.

Diagnóstico diferencial

La pericondritis infecciosa del pabellón auricular debe diferenciarse de la erisipela, la cual también se caracteriza por hiperemia intensa y edema; sin embargo, a diferencia de la pericondritis, en la erisipela el lóbulo auricular se encuentra afectado. Asimismo, se debe realizar el diagnóstico diferencial con la otitis externa —en la cual la inflamación se localiza principalmente en el conducto auditivo— y con la policondritis recidivante no infecciosa que se caracteriza por una afectación bilateral y recurrente de múltiples cartílagos, incluyendo los de las orejas, la nariz, las articulaciones y las vías respiratorias.

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