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Faringoscopia

También conocido como: Exploración de la faringe

Faringoscopia (del gr. φάρυγξ «faringe» y σκοπέω «observar, examinar») es un método de exploración visual directa de la mucosa faríngea y sus estructuras. Este procedimiento constituye un componente fundamental y obligatorio de la exploración física en otorrinolaringología, medicina interna, pediatría y otras especialidades médicas ante síntomas relacionados con la orofaringe.

La exploración permite evaluar el estado de los distintos segmentos de la faringe: orofaringe, nasofaringe y laringofaringe. Según el segmento evaluado y la instrumentación empleada, la faringoscopia se clasifica en varios tipos.

Técnica de realización y tipos

La elección de la técnica depende del segmento faríngeo que se requiera evaluar y de los recursos disponibles en el consultorio médico.

Los principales tipos de faringoscopia son:

  • Orofaringoscopia (exploración de la orofaringe): Es el tipo más frecuente y de ejecución más sencilla. Se realiza con la boca del paciente abierta, utilizando una fuente de luz (lámpara frontal) y un depresor lingual. El médico ejerce presión con el depresor lingual sobre los dos tercios anteriores de la lengua, lo que permite visualizar los pilares palatinos, las amígdalas palatinas, el paladar blando y la pared posterior de la faringe.
  • Epifaringoscopia (rinoscopia posterior, exploración de la nasofaringe): La técnica clásica se realiza con un espejo de pequeño calibre que se posiciona por detrás del paladar blando para visualizar la nasofaringe por reflejo. En la práctica clínica actual, ha sido prácticamente desplazada por la endoscopia transnasal, que mediante el uso de un endoscopio flexible o rígido proporciona una visualización directa y detallada.
  • Hipofaringoscopia (exploración de la laringofaringe): Se realiza con un espejo laríngeo (laringoscopia indirecta) o, de manera más informativa, con un fibrolaringoscopio flexible que se introduce a través de la nariz y permite examinar en detalle la porción inferior de la faringe, la raíz de la lengua y las estructuras laríngeas.

Valor diagnóstico

La faringoscopia tiene como objetivo identificar signos de inflamación, anomalías estructurales, cuerpos extraños y neoplasias.

Durante el examen se evalúa lo siguiente:

  • Estado de la mucosa: Su coloración (normalmente rosa pálido), grado de humedad, presencia de edema, hiperemia (enrojecimiento), hemorragias o placas.
  • Amígdalas palatinas: Su tamaño (normotróficas o hipertróficas), simetría, color, presencia de detritos caseosos en criptas o abombamiento del tejido circundante (signo de absceso).
  • Pared posterior de la faringe: Presencia de folículos linfoides hipertróficos (signo del «empedrado» en la faringitis crónica), y goteo de moco retronasal.
  • Movilidad del paladar blando: Simetría de sus movimientos durante la emisión del sonido «A», lo que permite evaluar la función de los nervios glosofaríngeo y vago.

Aplicación сlínica

La faringoscopia es una técnica clave para el diagnóstico de patologías como la faringitis aguda y crónica, amigdalitis (angina), absceso periamigdalino, adenoiditis, así como para identificar infecciones fúngicas y procesos específicos de la orofaringe. El procedimiento es indispensable ante la sospecha de un cuerpo extraño en la faringe. Además, la faringoscopia desempeña un papel crucial en la detección de patología oncológica, ya que permite identificar áreas sospechosas (úlceras, induraciones, masas) que requieren una evaluación histológica posterior mediante biopsia.

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